Miniconto
A las mujeres que estaban
conmigo, el chileno, con su capa española y sus movimientos felinos, les
pareció muy atrayente. Yo advertí enseguida que era un poderoso pájaro con alas
plegadas. Todo se transformó para mí.
Me encontré en una gran
plaza. No, me equivoco, eran anchísimas veredas con sus calles dispuestas en
forma de círculos. La ausencia de árboles quizá contribuía a esa sensación de
inmensidad. El cielo, además, se había ensombrecido y yo sentía mi corazón
pesado ante la soledad y el silencio. Miré para todos lados buscando a alguien,
alguien que me quitase esa sensación de muerte y desolación, cuando sentí volar
sobre mí un enorme pájaro. Era de un color intensamente negro pero de cabeza y
pico grisáceo. Estaba tan cerca de mí que sentí el batir de sus alas y me
pareció que emitía una especie de silbido que me sobrecogió. Venciendo mi
miedo, lo espanté, agitando mis brazos y el pájaro se alejó.
Temblando, continué mi
camino como si siguiese huellas marcadas en el pavimento, hasta que vi, en una
curva de la gran vereda, a otro enorme pájaro, de mi misma altura, de plumaje
rojo y pico negro. Me sentí irremediablemente atraída hacia él y sin embargo, también
quería espantarlo, lo que me pareció fácil, dado mi éxito anterior y al estar
ahora poseída de una febril ansiedad. Me acerqué. El pájaro volvió la cabeza y
me miró a los ojos. Su mirada me era conocida, y sentí que quería agarrarme. El
terror me paralizó. Un grito angustioso surgió de mi garganta. Cuando reaccioné, el pájaro ya no estaba.
Entonces, otra vez me
encontré entre las mujeres que reían y bromeaban. El chileno de la capa me tomó
de los brazos como sosteniéndome y me susurró al oído: - Ya sabía que eras de los
nuestros.
Matilde Kusminsky Richter, "El conjuro
"
** Matilde Sábato foi esposa do escritor argentino, Ernesto Sábato.
** Matilde Sábato foi esposa do escritor argentino, Ernesto Sábato.